¡Bienvenidos otra vez a mi blog! Después de un merecido descanso, volvemos a la carga para contaros cosas nuevas, pero esta vez relacionadas con el periodismo especializado en economía y medioambiente. ¡Os invito a leer todos los post que vaya subiendo!
El Instituto Nacional de Estadística ha publicado el Anuario Estadístico de España 2020. En él podemos encontrar diferentes informaciones ponderadas de cualquier tema. En este caso, vamos a hablar de las aguas residuales y los datos publicados.
La Fundación Ecomar define las aguas residuales como «aguas con impurezas procedentes de vertidos de diferentes orígenes: domésticos e industriales, principalmente». Además, aseguran que «pueden contener elementos contaminantes originados en desechos urbanos o industriales. Las aguas residuales urbanas generalmente se conducen por sistemas de alcantarillado y son tratadas en plantas de tratamiento de aguas residuales para su depuración antes de su vertido». El organismo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) las define como «aguas que no tienen valor inmediato para el fin para el que se utilizó ni para el propósito para el que se produjo debido a su calidad, cantidad o al momento en que se dispone de ella».
Las aguas residuales pueden volver a reutilizarse porque, a través de un proceso de depuración, pasan de unos usuarios a otros. En el anuario de 2020, el INE asegura que en 2016 el volumen de aguas residuales depuradas era de 0,279 m³/habitante/día. En el caso de las aguas reutilizadas ese mismo año, el volumen era de 0,029 m³/habitante/día.
La reutilización de aguas residuales depuradas está regulada por el Estado. Así quedó expuesto en el Real Decreto 1620/2007, de 7 de diciembre. En el artículo 109.1 aseguran que: «el Gobierno establecerá las condiciones básicas para la reutilización de las aguas, precisando la calidad exigible a las aguas depuradas según los usos previstos. El titular de la concesión o autorización deberá sufragar los costes necesarios para adecuar la reutilización de las aguas a las exigencias de calidad vigentes en cada momento».
Las aguas residuales tienen que pasar por unos procesos de depuración. «Las EDAR son las instalaciones en las que se reciben las aguas residuales y se tratan para devolverlas al medio ambiente en un estado óptimo o, en su caso, para reutilizarlas en otro usos», explica el medio iAgua.
Utilizar aguas regeneradas puede reducir considerablemente el consumo de agua potable. Según la empresa Acciona, podrían alcanzarse cotas de ahorro de entre un 97 y un 98%.
En conclusión, es fundamental hacer un uso de las aguas porque son un medio necesario en el planeta. Un uso inadecuado puede provocar su agotamiento. Por eso, los procesos de depuración de las aguas residuales pueden conseguir que este medio natural perdure mucho más en el tiempo. ¡Debemos ser responsables!
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